Con los años, mejora la capacidad de resignificar la información y aplicarla en otros contextos
Sábado 24 de mayo de 2008 | Publicado en la Edición impresa
Noticias de Ciencia/Salud: La Nación
NUEVA YORK.- Cuando las personas
mayores no pueden recordar los nombres en un cóctel, tienden a pensar que su
capacidad mental está declinando. Pero un creciente número de estudios sugieren
que en la mayoría de los casos esa suposición es errónea.
En su lugar, las investigaciones han hallado que el cerebro que envejece
simplemente está asimilando más información, tratando de filtrarla a partir de
un revoltijo de datos, la mayoría de las veces para su beneficio en el largo
plazo.
Esos estudios se analizan en la nueva edición del libro de neurología Progress
in Brain Research (Progreso en la investigación sobre el cerebro) .
Con los años, algunos cerebros sufren deterioro. La enfermedad de Alzheimer,
por ejemplo, afecta al 13% de los norteamericanos mayores de 65 años. Pero para
gran parte de los adultos mayores, según afirman los autores del citado libro,
buena parte de lo que experimentan es una ampliación gradual del foco de
atención, que hace más difícil retener sólo un dato, como un nombre o un número
de teléfono.
Y aunque pueda ser frustrante, suele ser beneficioso.
"Quizá la «distractibilidad», de hecho, no sea algo malo -dijo Shelley H.
Carson, investigadora en psicología de la Universidad de Harvard, Estados
Unidos, cuyos estudios son citados en el libro-. Quizás incrementa la cantidad
de información disponible para la mente consciente."
Por ejemplo, en estudios en los que a los sujetos se les pedía que leyeran
textos que eran interrumpidos por palabras o frases inesperadas, los adultos de
60 o más años se desempeñaban mucho más lentamente que estudiantes secundarios.
Si bien los estudiantes recorrían el texto a una velocidad constante sin
importar qué significaban esas palabras fuera de lugar, las personas mayores se
demoraban más cuando esas palabras estaban relacionadas con el tópico del
texto.
Eso indica que no sólo tropezaban con la información extra, sino que la tomaban
y la procesaban.
Cuando más tarde a ambos grupos se les hicieron preguntas para las cuales esas
palabras fuera de lugar podían ser las respuestas, los adultos mayores
respondieron mucho mejor que los estudiantes.
"Para las personas jóvenes, es como si esas distracciones nunca hubieran
ocurrido -dijo una de los autoras de la revisión, Lynn Hasher, profesora de
psicología de la Universidad de Toronto, Canadá, e investigadora del Instituto
de Investigación Rotman-. Pero los adultos mayores, como habían retenido esos
datos extra, ahora resultan ser mejores para resolver problemas. Pueden
transferir la información que tomaron de una situación a otra."
Detalles insignificantes
Este tipo de tendencias pueden reportar grandes ventajas para el mundo real,
donde no siempre está claro cuál es la información importante o cuál se volverá
importante.
Un indicio en un memo aparentemente insignificante puede tomar un nuevo
significado si los planes originales cambian. O detalles extra que capturan la
atención, como la reacción de los otros, puede ayudar a evaluar el impacto real
de un orador.
"Un amplio rango de atención puede hacer que las personas mayores sean
capaces de saber, en definitiva, más de una situación o sobre los mensajes
indirectos de lo que está sucediendo que sus compañeros más jóvenes -dijo la
doctora Hasher-. Creemos que esta característica quizá tenga un papel
significativo respecto de por qué pensamos que las personas mayores son
sabias."
En un estudio realizado en Harvard en 2003, la doctora Carson y otros
investigadores evaluaron la capacidad de los estudiantes de descartar la
información irrelevante cuando se los exponía a una catarata de estímulos.
Cuanto más creativos se pensaba que eran los estudiantes -lo que había sido
determinado por un cuestionario sobre sus logros previos-, más problemas tenían
para ignorar los datos no requeridos.
Una capacidad reducida para filtrar y establecer prioridades, concluyeron los
científicos, puede contribuir al pensamiento original.
Creatividad y sabiduría
Este fenómeno, dijo la doctora Carson, suele estar asociado a una reducida
actividad en una región cerebral llamada corteza prefrontal. Los estudios han
hallado que las personas que sufren lesiones o enfermedades que reducen la
actividad de esa región se vuelven más interesadas por actividades creativas.
Jacqui Smith, profesora de psicología e investigadora del Instituto de
Investigación Social de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, que no
participó de los estudios citados, dijo que existe una palabra para aquello que
resulta cuando la mente es capaz de asimilar información y ponerla en su lugar
adecuado: sabiduría.
"Estos hallazgos concuerdan en todo con el contexto que estamos
construyendo para lo que llamamos sabiduría -dijo-. Si las personas mayores
están obteniendo más información de una situación y son capaces de combinarla
con su comparativamente mayor depósito de conocimiento, van a tener una
agradable ventaja."
Por Sara Reistad-Long
De The New York Times
No hay comentarios.:
Publicar un comentario